Catarsis homeopática.
Dícese de la purificación que nos libera de nuestras afecciones, a través de exponer al individuo a las mismas pasiones que lo afligen.
jueves
A nadie le importa.
sábado
Te quiero tanto.
Te quiero tanto que la vecina del cuarto piso del edificio de enfrente ha salido al balcón y ha tendido la ropa del revés.
Te quiero tanto que he hecho que hoy sea martes.
Te quiero tanto que soy capaz de colgar una estrella del techo y soplar hasta que brille.
Te quiero tantísimo que un pez de un estanque de algún parque ha saltado por encima del agua y estando en el aire ha dado una voltereta sorprendiendo a todos los que por allí pasaban.
Te quiero tanto que he escrito un poema sin sentido alguno.
Te quiero tanto que me da igual ser incoherente.
martes
Aurora de Farándula
así como me encuentro ahora mismo
que no puedo dejar de voltearme hacia el espejo
sólo para recrearme en el dolor de estar aquí.
La Aurora de Farándula
es una muñeca que conozco bien.
Le gusta cantar,
le gusta bailar,
mataría porque todos sonriesen en la fiesta
y siempre hace los postres más exquisitos.
Si alguien necesita ayuda
corre.
Es guapa y joven,
tiene los rizos dorados
y rimmel en los ojos.
A veces se muere, pero nadie suele enterarse,
ni siquiera nadie dice :"¿dónde estabas?" cuando resucita.
La Aurora de Farándula desaparece y reaparece con la gracilidad del viento,
le da igual ser inoportuna, le da igual irse cuando más la necesito.
Pero no la culpemos, ya le gustaría a ella controlarse.
Cuando no está, suelo estar yo.
Poca gente me conoce.
Si todos quieren el espectáculo,
¿Quién se queda con la Aurora fea
que llora
que grita
que tiene el maquillaje corrido
que maldice
que odia
que muere
si no la quiero ni yo?
sábado
Todos aquellos a los que amo tienen capacidad de echar a volar en cualquier momento y dejarme en tierra, viendo cómo llegan a grandes sitios.
Y yo, con un pasado volador, ahora estoy atada en tierra, y todo lo que puedo hacer es veros alzar el vuelo, llorar vuestra huida y desearos buena suerte.
lunes
Desnuda.
"desnuda, está desnuda".
Si me preguntan a mí, me miro por dentro y respondo lo mismo.
Me miro por dentro aunque me de miedo,
porque prefiero no mirarme al espejo.
Hoy ya he llorado suficiente.
Si preguntan a mi madre, me observa con amor y dice:
"triste, está triste".
A los ojos de todos, hasta de mí, lo más que puedo llegar a ser hoy es tristeza, miedo y desnudez.
Ni quiero ni puedo ser otra cosa.
La vida, con su labor de cerilla rápida, no puede detenerse y yo estoy sola,
bailando esa canción que sólo a mí me parece triste,
esa canción de ensueño cuyo final apenas puedo soportar.
Siento que todas mis vidas potenciales se están consumiendo en este momento.
Me da miedo volar y espero no tener que hacerlo nunca,
porque no soy pájaro.
Y es una pena.
Me da miedo el metal, y espero no tener que tocarlo nunca,
porque no soy herrera.
Me dan miedo las balas...pero no vivo en América.
Por suerte.
Me dan miedo tus labios, que me enredan como si fuera tu tela arácnida,
y espero no dejar de besarlos nunca,
porque soy humana y soy desnudez.
viernes
Ansiedad.
He venido a desahogarme, a sacar todo el desorden,
y sólo un alquimista sería capaz de sacar algo bueno de todo este caos.
Recuerdo borrosa la noche de ayer.
No me acuerdo exactamente de cómo llegué a la cama ni qué hice antes de llegar.
Recuerdo que estabas tú, recuerdo que estaba yo.
Pero sin lugar a dudas, el recuerdo más claro fue el pinchazo en mi pecho
cuando en mi mente resonó "estás aquí y sin embargo me siento sola".
El pinchazo que estaba hecho de agua, de todas esas lágrimas que no solté porque no quise.
Porque no sería la primera vez, porque me daba miedo admitir que esta noche, fue diferente.
La primera pesadilla la fingí. Salió bien porque me abrazaste, aunque no como a mí me hubiera gustado. La segunda pesadilla no la fingí.
Soñé que no sabía si estaba soñando. Como tantas veces me ha pasado despierta. ¿Cómo distinguir sueño de realidad entonces? Me tortura la idea de no hacerlo algún día, me tortura estar equivocada, me tortura todo, me angustia no saber nada acerca de mi vigilia. Me tortura volverme loca, me tortura sentirme ausente, me tortura sentirme sola rodeada de gente, me tortura estar sola y sentir mis pesadillas comiéndome.
Me angustia morirme, me angustia no morirme, me angustia la angustia, pero sobretodo, me angustia mi mente.
Ojalá me creyera una, ojalá me creyera completa, pero no puedo evitar sentir la voz de mi cabeza como siente un niño al monstruo de debajo de la cama.
Y tengo miedo, a todas horas. Y no quiero estar con nadie pero no soporto estar sola, joder; y no me apetece joder pero quiero joder a todas horas porque durante algunos instantes mientras me tocas, no pienso; y últimamente, con eso basta.
No quiero estar fea, no quiero ponerme guapa; ni siquiera quiero que me beses porque me da miedo no sentir nada alguna vez de esas veces.
Me da miedo que te vayas, me da miedo que entres, porque dentro sólo hay más mierda, más aún de la que parece. Y ya no sé cómo sacarla, y ya no sé a quién acudir, si según todo el planeta sólo yo puedo ayudar y yo ni estoy por la labor ni puedo ni sé ni confío en mí ni confío en nada.
Escribir ayuda, dicen, yo que sé, me siento igual. Aunque más gilipollas.
Hacer deporte también, pero últimamente no les llega tanta sangre a mis pies.
Respirar, de eso ni hablamos. Con tanto humo ya no sé cuándo inhalo y cuándo exhalo, además, siempre he creído que era al revés.
miércoles
Y me mata que haya tenido que ser en Granada.
Sus callejuelas mágicas, sus miradores desde los que se ve el lado oculto de la luna y nuestra Alhambra van a perder todo el sentido si te vas.
Si te vas la Alhambra ya no nos pertenece, los parques se quedan tristes y mi cama va a ser imposible de rehacer.
Si te vas sé que me voy. Mi corazón puede soportar muchas cosas, y verte por la calle y no correr a darte un beso, no es una de ellas. Verte por la calle, sonreír y preguntar cómo va todo me suena más a película de terror que a reencuentro de dos personas que solían conocerse.
Mis labios sin los tuyos me suenan más a calle sin salida que a recuperación de mi espacio vital.
Mi espacio cógelo que no lo quiero. Sólo me importa el espacio cuando es para ver las estrellas contigo.
martes
Tan lejos.
no significa que tenga angustia.
Que haya miedo dentro de mí
no significa que no sea valiente.
Las palabras se atragantan en mi mente
todo quiere salir y todo quiere contenerse.
Yo en medio. Y mi cuerpo apenas reconocido,
también.
Mi cuerpo siempre protagonista
se ha vuelto secundario.
Estoy tan lejos.
Cuando te mueves pero estás quieto.
Cuando hablas pero jurarías que no eres tú.
Cuando lloras, y de alguna monstruosa manera,
por dentro estás en paz.
Tan en paz y tan en guerra, y tan lejos y tan cerca y tan dormido y tan despierto.
Tan triste y tan...triste.
Cuando eres un mero espectador de tu vida,
a veces cámara, muchas otras crítico.
Nunca actriz. Ya no.
Y veo fotografías de la que se supone que era,
y todo ha cambiado. Culpable. Yo lo he cambiado.
Culpable. He ignorado mi cuerpo y mis sentidos y mi vida y ahora estoy lejos.
Culpable. Por fumar, por llorar, por reír, por qué no, por agobiarme, por no dormir,
pero sobre todo, por pensar. Por resistirme y no aceptar que la vida te va esculpiendo,
que pasándolas putas se aprende, que perdiendo se vence.
Lo acepto. Lo siento. Lo aprendo. Estaré bien.
Mientras tanto, cantaré, lloraré, gritaré, pelearé. La vida es eso.
Y no ha hecho más que empezar.
Este sueño tan raro.
nadie entiende mi ansiedad
ni mis ganas de vivir
mi miedo a despertar.
Todo el mundo es psicólogo
cuando ni es capaz de escucharte.
"No lo entiendo, lo tienes todo."
Dicen que hay alguien que me ama
pero yo les digo: a él le dan igual mis lágrimas.
Dicen que tengo muchos amigos
pero yo les digo: ni siquiera están en mi mundo.
Que tengo salud me dicen, y dinero y vivo bien
pero qué más me da, cuando el infierno está dentro.
Cuando el infierno está dentro,
da igual el Edén de fuera,
dan igual hasta los besos en mi piel.
No es tristeza, no es un tumor de cojones.
Nadie ha muerto, nadie pasa hambre.
Es sólo el mundo reducido a palabras, el mundo vacío.
Es sólo una voz diciendo
que a ese alguien le dan igual tus lágrimas,
que tus amigos no están en tu mundo,
que la salud no importa cuando el infierno está dentro.
Y que la muerte siempre está cerca.
El exterior es insignificante cuando el nudo de tu garganta
te está estrangulando.
PD: No soy yo quien escribe.
jueves
sábado
No lo hagas.
-No lo hagas.
-Quiero romperte en mil pedazos aunque eso me suponga muchos años de mala suerte.
-No lo hagas.
-Ojalá tuviera el valor para coger cualquier cosa y golpearte.
-No lo hagas, por favor.
-Necesito que comprendas todos estos años de dolor que me has causado.
-Yo nunca tuve la culpa.
-Te mataré de hambre.
-No lo hagas.
-Deja de decir que no lo haga y dame una razón para no hacerlo.
-No lo hagas, soy tú. Ninguna de las dos hemos sido nunca el problema. Hazle daño a los cánones de belleza. Rompe las reglas. Coge cualquier cosa y golpea cada conducta machista que nos han inculcado. Mata de hambre a todos esos estereotipos con los que nos alimentan.
Mi razón es la siguiente: Somos preciosas y no merecemos más cicatrices aún.
martes
Hoy no.
Te has ido y me da igual que mañana vuelvas.
Te has ido y ahora mismo no hay diferencia entre que volvieras mañana o que te fueras para siempre.
Te has ido.
Y yo me he quedado.
Estoy rota.
Pero estoy.
Y rompo a llorar yo sola y luego me recompongo a reír. Pero hoy no.
Hoy caminaré y encontraré el camino de vuelta a dondequiera que esté mi lugar.
Y desde ahí todo lo demás, vendrá sólo.
viernes
Estabais.
el mayor terremoto de la historia
bien podía ser una tontería
porque estabais ahí.
Estabais. Y no sabéis lo que me duele ver este verbo escrito en pasado.
Y quizá sin saberlo, poníais en pie mi mundo cada día.
Porque podía girar mi cabeza, y veros ahí en cualquier momento.
Porque mis ojos ya podían ser cataratas,
que vuestra sonrisa estaría enfrente mía.
Porque aunque todo se derrumbara sobre mí,
no teníais problema en barrer todo el desastre.
Y de repente todo ha cambiado, es innegable.
Y de repente me he dado cuenta de lo débil que soy.
Y no es culpa de nadie.
Porque a esta edad ya debería de ser capaz de hacer ciertas cosas, pero no.
No sé ordenar mi caos.
No sé secarme la cara después de llorar.
No sé sonreírle a los dias grises.
Sola no.
Todo esto es algo que sé expresar mejor así,
y son cosas que he susurrado, y tú lo sabes,
pero nunca me he atrevido a gritarlo de esta manera.
Sé que estáis, sé que estás, créeme que lo sé.
Pero no es tanto eso como el sentir que no estáis.
Y lo que no sé es
si sentís lo mismo que yo.
lunes
miércoles
viernes
miércoles
Catarsis, cuándo llegarás.
jueves
Reinventarse.
y mi boca se llena de momentos
Y durante instantes fugaces
todo es alboroto
y risas sonoras.
Reinvento las noches en mi cama,
reinvento los miedos,
camuflo los "ayuda" por curvas en mi boca
siempre convexas.
Alguien está llorando ahí dentro
quizá debe salir y gritar socorro,
quizá debe quedarse para siempre
hasta hacerse más grande que yo
y engullirme para siempre.
miércoles
Tus hoyuelos de vez en cuando.
La flor se deshizo de sus pétalos, y a ti te arrastró el viento.
Escribo para recordar lo que no puedo. Lo que no quiere salir a flote.
(Algún lugar de mi mente, sabe que si vuelves a ella, no te irás jamás)
Pero me ahoga pensarte perdido, desubicado, volando bajo tierra.
Y necesito salir a flote, con tu recuerdo o sin él.
A mi cabeza viene el huerto,
la terraza,
tu cuello,
tus sábanas,
tus camisas feas,
tu forma de mirarme con tanto amor.
Tu seriedad, mi miedo.
Nuestras broncas "definitivas"
y mis alivios al descubrir que no lo eran.
El frío y cómo se desvanecía en los pocos huecos que quedaban entre tu cuerpo y el mío.
Tus sonrisas escasas,
tus hoyuelos de vez en cuando.
La lluvia, tu padre y las tardes que derivábamos juntos.
Los te quiero que nos daba miedo gastar,
y mil cosas que siguen sin querer salir a flote.
Ya gastados, dejo por escrito el que tenía en reserva:
Te quiero.
Tú eres el protagonista de todas mis primeras veces,
y eso es algo que nadie nos puede quitar.
Nos dimos alas, pero ya se nos olvidó usarlas.
Gracias a ti sé volar, contigo viví el despegue.
Y ahora que nuestras migraciones van en sentido opuesto,
quiero escribir aunque no lo leas:
Espero que algún día nos encontremos plantando cualquier cosa,
libres en el huerto, junto al calor de la chimenea, yo junto al calor tuyo,
tú junto al calor mío.
sábado
lunes
Unos ojos que miran hacia arriba esperando encontrarse con otros
en un quinto piso.
Un ascensor un poco vacío aún.
A los cinco mimitos dejamos de estar en un quinto piso.
Subimos y subimos y arañamos las nubes.
Tocamos el Sol sin quemarnos.
Muerdo la Luna y me muerdes el cuello.
Y decirte al oído: contigo me elevo.
viernes
Asomarme a la ventana esperando verte
Dejando la puerta entornada
por si vuelves.
Echándome a un lado en mi cama
por si entras.
Abriendo mi pecho
por si te asomas.
Pero no vuelves,
ni entras,
ni te asomas.
Y yo cierro la ventana, la puerta y mi pecho.
Y el corazón se me queda dentro y se le olvida cómo salir de ahí.
martes
domingo
Ahora. Me refugio en lo inhóspito.
Intenté pasar por tu vida de puntillas,
sin dejar demasiado rastro,
sin crear mucho destrozo,
sin causar mucha molestia.
Y ahora que encuentras mis migas de pan,
yo, que nunca he creído en la huida después de la muerte,
corro.
Corro de la cama en la que solía correrme.
Huyo de los brazos que solían ser refugio.
Me resguardo en lo inhóspito.
Me establezco en lo fugaz.
Ahora.
Me atraen las miradas casuales.
Las sonrisas despistadas.
Los besos sin amor.
Los abrazos que guardan del frío y de nada más.
He congeniado con mis lágrimas y pesadillas.
Se me han acabado los hogares,
y todo esto, lo he provocado yo.
Y aún así me gusta.
Me gusta porque yo lo he decidido así.
Jamás quiero dejar de equivocarme.
Aunque eso suponga correr de más y correrse de menos.
Aquí arriba se está mejor.
Mi nube que recoge lluvia,
que se torna gris,
que provoca tormentas.
Que hace que te mojes.
Pero yo sigo ahí, me agarro a sus pliegues y aguanto,
y de cuando en cuando, veo más cerca que nadie
arcoiris dobles, triples.
También veo pájaros, a los que envidio;
y vehículos que se creen pájaros.
No puedo moverme mucho,
pero cuando nieva, me recuesto en mi nube de algodón
y desde mi original cama, me siento resguardada
de todo el que pretende bajarme a la tierra.
Me gusta mi atmósfera, y aquí pienso quedarme.
sábado
El huerto crecía y nosotros reíamos
follábamos
vivíamos.
Y el huerto empezó a dar sus frutos
y nosotros dentro en casa.
Y nos quedamos tanto tiempo dentro
que descuidamos el huerto.
Nos encerramos en nosotros mismos, juntos
Y el huerto pasaba frío.
El huerto se helaba,
y nosotros en casa
junto a la chimenea.