Te quiero tanto que una ráfaga de aire que salía de tu boca, ha entrado por mi ventana.
Te quiero tanto que la vecina del cuarto piso del edificio de enfrente ha salido al balcón y ha tendido la ropa del revés.
Te quiero tanto que he hecho que hoy sea martes.
Te quiero tanto que soy capaz de colgar una estrella del techo y soplar hasta que brille.
Te quiero tantísimo que un pez de un estanque de algún parque ha saltado por encima del agua y estando en el aire ha dado una voltereta sorprendiendo a todos los que por allí pasaban.
Te quiero tanto que he escrito un poema sin sentido alguno.
Te quiero tanto que me da igual ser incoherente.