Mi habitación vacía me recuerda su propio vacío.
Te has ido y me da igual que mañana vuelvas.
Te has ido y ahora mismo no hay diferencia entre que volvieras mañana o que te fueras para siempre.
Te has ido.
Y yo me he quedado.
Estoy rota.
Pero estoy.
Y rompo a llorar yo sola y luego me recompongo a reír. Pero hoy no.
Hoy caminaré y encontraré el camino de vuelta a dondequiera que esté mi lugar.
Y desde ahí todo lo demás, vendrá sólo.